María Jesús Lamarca Lapuente. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen.
Una de las principales características del texto impreso es su linealidad. El texto es una unidad finita, con un comienzo y un fin que se desarrollan linealmente siguiendo una lógica de tipo causal. Para Aristóteles, una trama -o el modo en que se disponen los elementos que forman la historia bien construida, tenía que describir una secuencia fija con un principio y un final, y una magnitud de la historia definida. Por su parte, el soporte papel no permitía saltarse los límites de la página impresa, y la escritura y lectura se desarrollan línea a línea de arriba abajo siguiendo un orden secuencial dentro de cada página o página a página. Por el contrario, el hipertexto viene a romper los límites espaciales de la página impresa al poderse desplegar en la pantalla y poder saltar -dentro de la misma o a diferente pantalla, no de arriba abajo, sino horizontalmente. Además, el contenido secuencial del discurso escrito, paso a paso, secuencia a secuencia, puede ser roto, ya que el hipertexto permite un acceso no lineal a la información por medio de saltos a través de los enlaces, lo cual implica poder romper con un hilo discursivo único y modificar la secuencia única como principio ordenador de la información.
Los teóricos de la narrativa hipertextual han hecho hincapié en que tradicionalmente, tanto la lectura como la escritura, se han concebido como actos secuenciales, aunque a lo largo de un discurso o en el proceso de redacción de un texto, tanto el orador como el redactor pueden perder el hilo del discurso principal adentrándose en pensamientos relacionados con la cuestión tratada o introduciendo digresiones que poco o nada tienen que ver con el tema en cuestión. También han señalado cómo enalgunas páginas de libros y artículos, sobre todo en los de carácter científico, existen muchas referencias que aportan información relacionada y también proliferan las citas textuales y las citaciones de fuentes bibliográficas. Todos estos hechos vendrían a corroborar, por un lado, que la mente humana no sólo funciona de forma secuencial, sino por asociación, y que siempre han existido mecanismos deescritura que pretendían plasmar esta circunstancia.
Para estos autores, la organización hipertextual de un documento, en forma de red construida mediante una serie de enlaces a modo de puentes que asocian una información a otra, podría imitar esas interrelaciones que se dan en nuestras ideas y esto sucedería porque la mente humana es, por naturaleza, "hipertextual" ya que no podemos evitar poner en relación conceptos, situaciones e ideas.
Lo cierto es, que la disposición hipertextual lo único que hace es añadir nuevas funcionalidades a la disposición secuencial tradicional del texto impreso en papel. El hilo discursivo o argumentativo del lenguaje humano no deja de ser eminentemente secuencial, aunque el discurso puede enfocarse desde un aspecto meramente argumentativo o narrativo o, por el contrario, optar por un modo de discurso más expresivo, asociativo, semántico, etc. Ambas cualidades, la función argumentativa y la función expresiva, la sintaxis y la semántica, son partes indisociables del lenguaje y de la mente humanas.
El hipertexto lo que permite es dar saltos de un discurso a otro, o de una información a otra sin tener necesariamente que leer la información anterior y la cualidad de los enlaces puede ser tanto de tipo semántico como estructural. La estructura hipertextual le permite al lector la posibilidad de moverse libremente por un documento en función de sus propios intereses y acceder a un punto concreto del hipertexto sin tener que leer todo el conjunto de la información ofrecida. Lo cierto es que los enlaces pueden ofrecer tanto información semántica o asociativa, como también información puramente sintáctica como método de organización de dicha información. El hipertextoes, pues, una forma de organización del conocimiento que proporciona un acceso multisecuencial a la información.
El hipertexto nos remite de una porción de texto a otra mediante caminos que se bifurcan y ramifican y es, en muchos casos, el lector/usuario quien elige la ruta a seguir. De ahí que se hable de descentramiento, de la degradación de la figura del autor y de la importancia del lector, y de que la cantidad de información recibida puede provocar sobrecarga y desbordamiento cognitivo puesto que los caminos de exploración de los documentos son múltiples, y el lector puede llegar a desorientarse si intenta adentrarse o profundizar en todos los niveles de la red hipertextual. Sin embargo, en un hipertexto bienestructurado y que ofrezca las herramientas de navegación y búsqueda adecuadas, la propia estructura de la información se convierte en una brújula o en un hilo de Ariadna válido para cualquiera de las rutas o secuencias de información que elijamos seguir.
Según Landow, la cultura letrada y el texto impreso se basan en centro, jerarquía y linealidad, pero el hipertexto rompe esos principios teóricos y filosóficos y se decanta por el descentramiento, la deposición de las jerarquías y, fundamentalmente, por la derogación de lo lineal. El texto se despliega de forma discontinua, se fractura y se rompe mediante los enlaces. El hipertexto intenta reproducir, en parte, la navegación de nuestra memoria mediante unos artificios mecánicos y lógicos, pero también, permite una lógica de organización de la información distinta a la que registra la información sobre papel.
En realidad, mejor que hablar de no linealidad, lo correcto sería hablar de multisecuencialidad o multilinealidad, puesto que los distintos fragmentos de texto son lineales y, aunque el hilo conductor que llega hasta ellos sea discontinuo o bifurcativo, sigue existiendo una linealidad por más que las secuencias a elegir sean múltiples. Como el propio Landow afirma: "Los nexos (enlaces) electrónicos unen fragmentos de texto internos o externos a la obra, creando un texto que el lector experimenta como no lineal o, mejor dicho, como multilineal o multisecuencial".
La definición de Nelson de hipertexto y su énfasis sobre la no secuencialidad se ha demostrado problemática. Es por eso que algunos autores como Landow hablen de multisecuencialidad y multilinealidad. Espen Aarseth en No linealidad y teoría literaria, ha analizado esta problemática y, según él, hubo una idea falsa detrás de esta nueva formulación conceptual. Mientras Nelson, según afirma Aarseth, escribía sobre el hipertexto como una estructura (que es una red topológicamente) y la oratoria (clara y simplemente no lineal), los teóricos posteriores han estado escribiendo sobre las lecturas de hipertextos (que como experiencias temporales son inevitablemente lineales). Así, el hipertexto como estructura es no lineal, pero puede haber un número infinito de múltiples lecturas lineales de él.
Lo que sí es cierto es que el hipertexto sí puede responder a un paradigma de estructuración de la información no lineal, aunque la lecturasí acabe siendo, en último término, lineal o multilineal (esto es, lineal con alternativas). Sin embargo, lo que no está tan claro es que el hipertexto rompa, necesariamente, con las jerarquías y las disposiciones y formas de ordenación jerarquizadas, puesto que pueden diseñarse tanto hipertextos sin ningún tipo de estructuración preconcebida sino por una mera conexión de palabras relacionadas, como hipertextos en los que la información esté fuertemente estructurada y jerarquizada.
En realidad, la linealidad tiene que ver tanto con la forma en que se diseñe la estructura de la red hipertextual (que puede ser lineal o no lineal tanto en un texto impreso como en un hipertexto), como con el soporte empleado y, en este caso, las tecnologías anteriores a las tecnologías informáticas, digitales e hipertextuales no permitían salirse realmente de la linealidad (libros, casetes, películas y cualquier otro tipo de información analógica) ya que había que explorar secuencialmente la información para poder llegar al punto que nos interesaba. Elsoporte libro podía estructurarse para leerse de forma más o menos lineal (como por ejemplo, un diccionario o una enciclopedia con diferentes entradas, que permitían una lectura multisecuencial aunque en el fondo, no dejaban de tener una estructura lineal), mientras que los soportes digitales y su lectura informática sí permiten una verdadera multisecuencialidad si los diseñamos con características hipertextuales. La hipertextualidad nos permite saltar de un texto a otro mediante un simple clic de ratón a través de un enlace, navegar por la información, acceder a ella de forma aleatoria y rápida, hacer búsquedas e ir directamente a la información que nos interesa sin pasar por nodos, documentos o secuencias intermedias, etc.
Así pues, más allá de aspectos puramente narrativos, la multisecuencialidad del hipertexto responde a un modo de estructurar la información y nuevas formas de acceso a ella. Por lo tanto, la estructura del hipertexto tanto en lo referido a los aspectos propiamente estructurales (forma de estructurar los directorios, archivos y documentos que conforman el hipertexto y que permiten establecer relaciones entre ellos), como a los navegacionales (formas y herramientas de acceso a la información y navegación por los nodos de información contenida en los archivos y documentos) y a los puramente conceptuales (ya que la estructura del hipertexto generalmente atiende a una noción conceptual o temática determinadas), es la clave que determina la multisecuencialidad.
Esta imagen, que muestra varias ventanas abiertas de un hipertexto, nos aporta una idea gráfica de qué es la multisecuencialidad del hipertexto.
Bibliografía
AARSETH, Espen. "No linealidad y teoría literaria". En George P. Landow (compilador.): Teoría de Hipertexto. Paidós, 1997. [Volver]
CODINA, Lluis. El libro digital y la WWW. Madrid, Tauro Ediciones, 2000. [Volver]
LANDOW, George P. Hipertexto: La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la tecnología. Barcelona, Paidós, 1995. [Volver]
LEE, D. "Lineal and non lineal codifications of reality". En J.L. DOLGIN, D. S. KEMNITZER y M. SCHNEIDER (ed.): Simbolic anthropology: a reader in the study of simbols and meaning. Nueva York, Columbia University Press, 1997.
NUNBERG, Geoffrey. El futuro del libro ¿Esto matará eso? Barcelona, Paidós, 1998.
RODRÍGUEZ BRAVO, Blanca. El documento: entre la tradición y la renovación. Gijón, Ediciones Trea, 2002.
RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, Antonio. Navegar por la información. Madrid, Fundesco, 1991.
No hay comentarios:
Publicar un comentario