María Jesús Lamarca Lapuente. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen.
Del acceso y la reproducción a la reusabilidad
Gracias a la redes (Intranets e Internet), actualmente no se trata de producir documentos y reproducirlos para copias, lo que importa es el acceso y recuperación de los mismos. En la distribución de documentos hemos desterrado la palabra "copia" ya que un único original accesible puede ser usado por diferentes y múltiplesusuarios de forma instantánea. Además, el usuario puede trasladar el documento a un soportepropio para hacer una réplica, transformarlo y manipularlo. La reusabilidad ha suplantado a la reproductibilidad. Hoy se habla de circulación y distribución de documentos, más que de producción. La imprenta, la rotativa o la multicopista servían para sacar miles de ejemplares iguales por medio de la misma plancha. El facsímil, el microfilm y la fotocopiadora permitían la copia exacta del documento mediante una fotografía que incluía todo lo que éste podía contener y que se limitaba a texto e imágenes estáticas, ya que no era posible el empleo de audio, vídeo o imágenes en movimiento.
La fotocopiadora posibilitaba hacer collages usando un método manual de recorte y pegado bastante rudimentario, aunque era posible ampliar y reducir las imágenes, pero no modificarlas. Sin embargo, en todos estos casos, cada morfología de escrituraperdía su forma concreta, puesto que el documento completo se transformaba en una imagen que formaba un todo homogéneo imposible de manipular. Ya no se podía separar el texto de la imagen, y mucho menos modificar la tipografía de las letras del texto, su tamaño o posición. La imagen total únicamente se podía alterar cambiándola de tamaño por ampliación o reducción.
La escritura digital del hipertexto, por el contrario, no sólo permite la reproducción y copia exactas por medio de un simple clic de ratón y una orden que hace que el archivo original que contiene el documento se copie en el disco duro de nuestro ordenador o en otro soporte de almacenamiento; sino que además, esta copia conserva los formatos de todos y cada uno de los datos de información y por ello, es posible manipular separadamente tanto los bloques de texto como las imágenes. Se pueden modificar los tipos de letra, su formato y posición; y también se pueden manipular las imágenes, no solo ampliarlas y reducirlas, sino metamorfosearlas. Bajo la aparente uniformidad de la digitalidad, cada morfología recupera su formato una vez que ha sido decodificado. Podemos concluir que eldocumento ha perdido su integridad ya que el lector puede suprimir párrafos o añadir nuevos, eliminarimágenes o manipularlas y, en suma, modificar el documento original a voluntad. Incluso utilizar partes de ese documento para insertarlas en otros.
La invención del fax, conectado a la línea telefónica, supuso un gran avance para la difusión de documentos, puesto que permitía la distribución a distancia. Sin embargo, los documentos seguían manteniendo su integridad porque no se podían manipular y además no se trataba de un modo de difusión a gran escala. Para acceder o difundir el documento debía establecerse una comunicación sincrónica entre emisor y receptor.
En la Web, los documentos están disponibles en cualquier tiempo y lugar, no hace falta una conexión sincrónica entre autory lector, sino que la Web es una especie de biblioteca que ofrece sus servicios sin horario de apertura y cierre, y sin tiempos de espera. Además, el documento "prestado" sigue permaneciendo en la "biblioteca" y está disponible para cualquier otro lector/usuario que lo precise, aunque las peticiones sean múltiples.
Como muy bien resume Lluis Codina en El libro digital y la WWW, la reusabilidad consiste en la propiedad que presenta la información digital de poder ser fácilmente seleccionable, recuperable, transmisible y transportable. Y, como bien afirma Linda Schamber en What is a document?, lo que distingue a undocumento digital de un documento impreso es que es fácilmente manipulable, es enlazable interna y externamente, es rápidamente transformable, es inherentemente accesible, instantáneamente transportable e infinitamente replicable. Efectivamente, en estos tiempos en que está tan en boga la ingeniería genética, ya no hablamos de copiar y de copia de un documento, sino de clonar y de clones de documentos.
Si antes tratábamos de tener los objetos físico originales o sus copias para almacenar la información y poder tener acceso a ella, ahora sólo necesitamos este último proceso. Digitalmente, la distinción entre original y copia ha perdido toda pertinencia. Según Derrick de Kerckhove: "Pasamos, en estos momentos, de la era de la 'reproducción' a la de la 'segunda versión'".Los medios digitales permiten cortar y pegar trozos de texto, hacer collages y adaptar los documentos a nuestros propios intereses informativos. No sólo el autor, sino los propios lectores, pueden crear sus segundas y terceras versiones a partir del documento original, o incluso apropiarse de una obra ajena con o sin modificaciones. Las interconexiones e integraciones que el lector establece con otros textos, bloques de texto u obras de otros autores, plantea una serie de problemas relacionados con la autoría y el copyright, hoy todavía sin solucionar. Incluso la inclusión de los enlaces de otra página web en una página diferente de la de su autor ha sido puesta en cuestión planteando problemas de autoría.
La propia esencia del hipertexto, que es poder conectar documentos o bloques de información mediante la inclusión de enlaces en las páginas de la World Wide Web, fue objeto de una demanda judicial en el año 2000. British Telecom (BP) reclamaba a Prodigy -una empresa que presta servicios como proveedor de Internet- la patente de los enlaces y exigía que todos los Proveedores de Servicios de Internet (ISP) le pagaran una licencia ya que, según ella, estos servidores daban alojamiento a los millones de páginas webexistentes y que todas ellas utilizaban los enlaces infringiendo la patente. Para BP, toda la red era culpable, aunque eligió a Prodigy para interponer la demanda y se lo notificó a muchos otros servidores. El hecho es que en 1976, BP había patentado el dispositivo capaz de enlazar los bloques de datos situados en un servidor central por medio de los enlaces hipertextuales. Esta patente también había sido ampliada en Estados Unidos en el año 1989, aunque su plazo expira en 2006.
En agosto de 2002 por fin se resolvió la demanda y, afortunadamente, a favor de todos los defensores del hipertexto, el libre acceso a la información y la cooperación en el conocimiento. La juez rechazó los argumentos de BP afirmando que "Internet no tiene un ordenador central; así que Prodigy no ha podido contribuir a propagar la infracción".
En realidad, la esencia profunda del hipertexto entra en contradicción con los derechos de autor, las patentes y las marcas registradas, ya que se trata no sólo de acceder a toda la información de forma universal, sino también de favorecer la creación de un corpus de conocimiento compartido que ahora es posible a través de la Web. La filosofía del hipertexto y de Internet tiene más conexiones con la cultura oral que con las culturas escritas, ya que se trata de compartir y contribuir al conocimiento entre iguales y en la expresión de lo que se comparte oralmente no hay derechos que valgan, sea la patente de Agamenón o su porquero. La información es más útil cuando interactúa con otra información que cuando se diviniza o se patenta. Para el conocimiento, el texto enlazado, el intertexto o el texto recombinado son algo productivo. Así se eleva al hipertexto a su máxima potencia. El problema es que, frecuentemente, estas cándidas palabras tienden a ocultar una menos inocente: el plagio. Recientemente, cierto autor pillado in fraganti por haber realizado tales prácticas, se ha defendido aludiendo a la "intertextualidad". Toda obra es fruto de las anteriores, igual que el pensamiento humano es un largo hipertexto que en la red de la historia entreteje las ideas y las obras presentes con las precedentes. Sin embargo, hay que buscar ese difícil equilibrio entre el conocimiento ya compartido y el respeto al autor de una obra de creación concreta. Lo que no se puede consentir es que alguien eche mano del conocimiento compartido para reclamar la autoría en beneficio propio. Hay que huir de las apropiaciones indebidas. Soluciones posibles y al alcance del hipertexto, son decantarse por llevar a cabo una autoría múltiple y así anunciarlo (la Web no es otra cosa que una inmensa obra de autor múltiple), o mencionar a todos los contribuidores a través de las citas y referencias, y en esto, los enlaces, son la mayor aportación del hipertexto.
En resumen, hemos pasado del almacenamiento local al acceso global. Yendo un poco más lejos y basándonos en la multiplicación de los puntos de acceso y la funcionalidad deInternet, podemos coincidir con Derrick de Kerckhove que ha llegado a afirmar que la relación es inversa y que sería una visión más precisa del futuro decir: "Del acceso global al almacenamiento local". Mediante el hipertexto, cualquiera puede acceder a la información de forma rápida y directa y la función de las bibliotecas y los centros de documentación debería ser constituirse en puntos de acceso para la entrega de información y no únicamente ser guardianes de una colección. El texto existe físicamente una vez en unordenador local o remoto o en un soporte de información digital (disquete, tarjeta de memoria, CD-ROM, etc.), pero el hipertexto se reproduce en cada visualización. Las nociones de unidad, identidad y localización se desdibujan y la información se desterritorializa para viajar por las redes y hacerse presente en la pantalla de nuestro ordenador.
Hace pocos años las tecnologías intentaban resolver el problema del almacenamiento de los datos y de los contenidos. También de las velocidades de procesamiento de los ordenadores para acceder a tales datos. Resuelto este problema mediante las enormes capacidades de memoria actuales no sólo de los ordenadores servidores de la red, sino de los PCs clientes, la tecnología se encamina hacia el tratamiento y procesamiento de esos datos y contenidos. La ingente y acelerada capacidad de almacenamiento ha sido desbordada por una falta de herramientas para organizarlos, indizarlos, clasificarlos, buscarlos y recuperarlos de forma adecuada.
Un problema de más calado es que nos quedemos simplemente en el acceso a la información y en saber cómo buscar, encontrar y organizar lo más relevante, pero sin que por ello modifiquemos nuestros conocimientos. Es decir, que la memoria externa -en el sentido que utilizaba Vannevar Bush refiriéndose a su máquina memex, debería aportar algo a la memoria interna humana y colectiva, si no carecería de sentido tener al alcance de un clic todo ese corpus de memoria externa y... desaprovecharlo.
En 1990, la Fundación para las Fronteras Electrónicas (Electronic Frontier Foundation EFF), una organización que perseguía la libre expresión en Internet, extendió su grito de guerra por el ciberespacio bajo el lema "La información quiere ser libre". Este despojamiento del emisor y el receptor para centrarlo todo en el contenido y focalizar la importancia de la información en la información misma y no en las personas, se convirtió en una buena metáfora para exigir que la información fluyera libre y sin censuras. Sin embargo, no tiene ningún sentido despojar a la información de su verdadero sentido, que es favorecer el conocimiento en y entre personas y contribuir a la comunicación y el entendimiento entre los seres humanos. El objeto -la información- no puede existir sin los sujetos -emisores y receptores- pero esto no quiere decir que convirtamos a los sujetos únicamente en propietarios o consumidores.
Bibliografía
BENJAMIN, Walter. La obra de arte en la era de la reproducción mecánica. Madrid, Taurus, 1973.
CODINA, Lluis. El libro digital y la www. Madrid, Tauro, 2000. [Volver]
Don´t link to Us! Stupid Linking Policies. http://www.dontlink.com/
KERCKHOVE, Derrick de. Inteligencias en conexión. Barcelona, Editorial Gedisa, 1999. [Volver]
R.C. "BT pierde el juicio por el que reclamaba la patente del hipervínculo". Ciberpa@is, 29-8-2002.
RODRÍGUEZ BRAVO, Blanca. El documento: Entre la tradición y la renovación. Gijón, Ediciones Trea, 2002.
SCHAMBER, Linda. "What is a document? Rethinking the concepto in uneasy times". Journal of the American Society for Information Science, 47, núm.9. [Volver]
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domingo, 13 de diciembre de 2015
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